miércoles, 29 de febrero de 2012

Otro cuento

La petición de paradojas sobre lo básico en la educación ha tenido un gran éxito. No se lo contéis a nadie. Debe ser que tenéis menos tiempo aún que yo, que ya es decir, porque no me da tiempo para nada. He repasado un cuento que ya tenía escrito del año anterior y os lo cuelgo aquí.
Mañana quizás escriba un rato más.

miércoles, 22 de febrero de 2012

De "incidentes" reincidentes

– Ha sido un incidente – le dijo el guardia de la porra al joven de la nariz ensangrentada.
Pues eso. Que aún no había traído la palabra “incidente” a mi lista de eufemismos.
Los “incidentes” de Valencia están demostrando dos cosas (al menos): que las cosas están calientes, muy calientes, aunque falte dinero para calefacción y que algunos siguen pensando que quienes les pagan son el enemigo al que no hay que darle ninguna ventaja táctica. Quizás tengan razón.
En el “descodificador” se puede ver una foto (creo que es vieja) con un poli que añora a Franco y recuerda aquel viejo (esta vez estoy seguro) “no se os puede dejar solos”. Podéis verlo si queréis.
“El congreso aprueba ampliar de dos a tres años el Bachillerato y la Formación Profesional de grado medio y reducir de cuatro a tres la ESO”.
Algunos ya hemos conocido casi cualquier reparto de cuentas: básicamente dos para una y cuatro para otro (en el caso del bachiller, que sólo dos para la profesional, aquella que algunos estiramos hasta tres con el famoso compensatorio), cuatro para una y dos para otro (ahora mismo, aunque el cuarto se nos quedara larguísimo).
A cada momento le acompañan una ley (de alto rango, siempre), reformas de y en los inmuebles, reestructuraciones del profesorado, muchos líos administrativos (me imagino), frotamientos de manos en las editoriales, creación de “nuevos” materiales didácticos, charlas a los padres para que sepan qué van a hacer sus hijos (y por qué es mejor que lo que hacían antes)… Mucho ruido y pocas nueces.
Es que las nueces siguen siendo las mismas:
– Oiga, ¿qué es para usted lo básico?
Porque ahora mismo se da la paradoja de que la distinción entre una subordinada causal y una temporal es básico, pero saber conducir no lo es. Os dejo que añadáis en cascada (¡cómo añoro vuestros comentarios!) paradojas encantadoras.
Esta es la gran pregunta: ¿qué es básico? Claro que muchos también sabemos que la cosa se complica (y adquiere tintes políticos – que no somos unos ingenuos), cuando añadimos: básico, ¿para qué?
Aunque ya no me paguen para ello, estaría dispuesto a “perder” unas horas en este asunto.

lunes, 20 de febrero de 2012

No a la Reforma laboral


Si alguien no lo vió el pasado domingo (o sea ayer) os dejos aquí el link del programa "Salvados" de Jordi en la sexta. Aguantad la respiración hasta el final:  http://www.lasexta.com/lasextaon/salvados/completos/salvados__reforma_a_la_alemana/582853/1

En plena concordancia con tolo anterior, me he leído “La llorona”, de Marcela Serrano.
La Llorona es un personaje legendario, cuya leyenda se ha difundido por varios países de Hispanoamérica. Se trata de una mujer que pierde a sus hijos y, convertida en un alma en pena, los busca en vano, turbando con su llanto a los que la oyen. Aunque hay muchas versiones de la historia, los hechos principales son siempre los mismos.
Marcela Serrano (Santiago, 1951) es una escritora chilena.
Se considera una "escritora tardía" —"comencé a escribir a los 38 y recién a los 40 publiqué mi primera novela"
Serrano ha sido siempre de izquierda y "ha estado comprometida con la realidad política de su país"; defensora de las reivindicaciones de su sexo, sostiene que "definirse feminista es definirse ser humano"
Escribió La llorona en 2008
 Novela breve, que se lee muy bien, rápidamente porque, además, es breve. Ahora que el tema de los bebés robados está en candelero, resulta interesante leer despacito algunas de las cosas que en ella se escriben. Os dedico cuatro perlitas:
“Ya saben, si algo distingue al paraíso es que en algún momento deja de serlo, todos somos expulsados de allí, tarde o temprano”
“Se supone que un delito debe ser expiado ante la sociedad y que la cárcel debería formar. Pero todo eso es patraña. Somos tan poco iguales los ricos y los pobres que ni los presidios son los mismos. A los militares se los llevan presos a los cuarteles, a los privilegiados a los hospitales y la cárcel termina siendo para los demás.”
Formamos esta organización [ para buscar a los hijos robados] porque ya al comenzar estábamos heridas de muerte. Nos ayudó luchar juntas. Pero, ¿qué pasa al final del camino, cuando se encuentra al ser perdido? Yo encontré a mi hija. ¿Qué harían cada una de ustedes en esta situación?
Pelear, respondió Jesusa.
Flor guardo silencio. Siempre dijo que prefería no encontrar a su hijo. Fue la única que se atrevió a decirlo. Que el daño sería inmenso. Que sustituir en su corazón el amor de los otros padres, el cuidado brindado, el hogar, no sólo era difícil. Era prejudicial.
La vida se me cortó en dos nuevamente, amigas, no quiero pelear.
Fue todo lo que dije.”
“Antes de cerrar los ojos, palpa el silencio con enorme place, como si de un cuerpo de hombre se tratara. No desea llenarse de palabras. ¿Quién dijo que el silencio es triste? ¿Quién te contó que se tiñe de los colores de la bruma? Alegre es el silencio”

Aprovechad lo que queda de Carnavales
 


lunes, 13 de febrero de 2012

Va de novela

Os podría hablar del cisne, de la playa, ... del frío. Mucho frío. Pero va de novela.
Acabo de terminar “Tarde, mal y nunca”, una novela de Carlos Zanón, con premios de Novela Negra. ¿Es una novela negra? Empieza con un asesinato y no le interesa para nada la investigación policíaca que pueda desencadenar. Casi ni hay policía y su corta participación en la novela no sirve más que para ahondar en el cúmulo general de “chapuzas” y “casualidades” que forman la historia.
El asesinato es la excusa para una larga introspección de dos (o tres) personajes. Podría decirse que estamos ante un thriller psicológico. Pero tampoco es así, creo. Entonces, ¿qué?. ¿Importa mucho el “genero”? Se trata de una buena novela, con un buen ritmo, bien construida con personajes, complejos en su simplicidad, bien descritos y con un entorno, si no muy elaborado, sí suficientemente perfilado como para que no nos perdamos en seres inespaciales, sino que nos sirva como marco de referencia muy concreto: gentes de la droga (pequeños camellos-consumidores), la prostitución, el barrio de la periferia,…
Ahí os dejos algún trozo sacado de ella:
“Le fue detrás como un perrito. Era tan evidente que hasta podía doler a quien mirara aquello. Pero a Epi le daba igual. Orgulloso de su amor y de su herida. Porque amarla era lo mejor que le había pasado nunca.”
“El barrio hace tiempo que está harto. Los chicos aburridos. Blancos, amarillos o negros. En eso sí que coinciden[…] Tolerancia, diversidad y mestizaje son pedazos de eslóganes que quedan bien en editoriales periodísticos que en el barrio nadie lee, canciones que no se escuchan o discursos escupidos por políticos a los que muchos ni siquiera pueden votar. Y la gente vive, se quiere, se odia y soporta como mejor puede. Unos llevan pañuelos, otros hacen demasiado ruido con las radios y el resto recuerda con nostalgia cuando la ciudad era una señora de anchas caderas, rancia y distinguida, que sabía esconder la basura bajo alfombras y en calabozos.
Los márgenes de la barriada son invisibles pero imposibles de franquear.”
“- Ese Tanveer no era más que otro hijo de puta viviendo de mis impuestos y de pasar droga, llenándose los bolsillos con subvenciones aquí, porque en su país no tenían cojones de salir a la calle y protestar contra los jeques”.
“Los ecuatorianos, los marroquíes, alguno recién salido de la Modelo, se levantan y aguantan el chorreo, la humillación [de quien les va a dar trabajo ese día], porque saben, o han oído a otros que saben, que a mayor humillación y aguante, mayor premio.
- Tú, mono hijo de puta, mierda de indio…¡mira que sois feos todos vosotros!...”

miércoles, 8 de febrero de 2012

Lecturas dramatizadas en Bilbao

Hoy no he leído yo. Me lo han leído. Se llamaba “Lectura dramatizada” y le ha correspondido a “un enemigo del pueblo” de Henrik Ibsen. Ya la había leído hace mucho tiempo. Ibsen fue uno de los autores de teatro que más admiré cuando teatro era casi lo único que leía. Ya no recuerdo sus obras, porque mi memoria siempre ha sido muy frágil, aunque creo estar seguro de que he leído todo lo que han traducido de su obra. Y me parece recordar que hubo un tiempo en el que pensaba que lo mejor que había escrito era “Espectros”. Os lo digo porque podéis ir a escucharla el próximo jueves (mañana) a la sala BBK de la Gran Vía. La entrada es GRATIS, y, a jusgar por la cantidad de gente que había hoy, no tendréis problemas con el aforo.
“Un enemigo del pueblo” es una gran obra. Pienso que el final hace que no se pueda hablar de una obra redonda, pero los  primeros cuatro quintos son de una lucidez impresionante y de un tembleque personal interesante. Te identifiques con el personaje con el que identifiques.
Plantea fundamentalmente el problema del individuo que tiene la razón frente a la colectividad que tiene el poder. Es el problema del racionalismo individualista. Aprovecha para poner a caldo a la sociedad en la que vivimos, pero el gran tema es el de la verdad del individuo frente a la estupidez de la mayoría, que, por serlo, marca siempre la política y la construcción de lo social en una democracia. El voto de los muchos engañados frente a la verdad del individuo. Y de fondo las tentaciones del fascismo. Si yo tengo la razón y los demás están equivocados, ¿no estoy llamado a imponer la razón?
Ibsen ni se asoma a esa postura, pero ¿el espectador-oyente?
Una última consideración: la obra más conocida y representada de Ibsen (1828-1906) es “Casa de muñecas”: auténtico alegato a favor de la igualdad de la mujer. También en “Un enemigo…” el personaje más fresco, más suelto, más libre, se corresponde con el de una mujer: la hija del protagonista. Ella piensa por su cuenta, toma sus propias decisiones, no se esconde y trabaja fuera de casa.
Son más de las 12, el Athleti está en la final, pero no os olvidéis: el jueves “Espectros”. A las 8.

domingo, 5 de febrero de 2012

Eufemismos aunque no lo parezcan

Hace una mañana de domingo de esas de “no sé para qué me he levantado” y tengo un par de asuntos pendientes con el blog, así que ahí voy.
Llevo toda la semana atento a nuestra facilidad para usar eufemismos que nos despisten un rato de aquello que no nos gusta demasiado. Tres o cuatro ejemplillos: semana de frío, nieves, … (tiempo de quedarse en casa, si no hubiera que salir a trabajar) y, cuando uno se encuentra con el vecino le dice eso de: “hace fresquillo, ¿no?. El político de turno le dice al periodista “con la que está cayendo” y ya no sabemos si se refiere a la nieve que paraliza el tráfico, a la lluvia para la que se hizo la frase, o a la situación social. Y ese entrenador que se atreve a cargarse las ilusiones de miles de hinchas con un “no entramos en el partido” para justificar desidia, mala preparación, o vete a saber qué, sin repercusión en el sueldo que se cobra por el partido íntegro (vamos que si no entraron, si ni siquiera lo empezaron no deberían cobrarlo.
Suena el timbre de casa, tocado en el portal. Cojo el telefonillo y oigo: “cartero comercial”. Abro la puerta y bajo a ver mi buzón esperanzado de que me haya llegado algo interesante… Era propaganda. De esa de papel de dimensiones enormes.
Y luego, en el periódico me encuentro con siguen los “ajustes”. Abro mi correo elecgtrónico y me tropiezo con este para de párrafos en el blog del descodificador:
“Las escuelas y universidades públicas han reducido su presupuesto 2.800 millones de euros en los dos últimos años. Reducción en el número de becas, impagos a los centros (algunos sin calefacción), profesores desbordados…
El PP sin duda admira el modelo de Grecia, donde el presupuesto para Educación ha sido reducido en un 60% en 2011. Juan B. Martínez, autor de estudios sobre la educación en España para CCOO, calcula que la inversión por alumno en nuestras escuelas bajará en torno a un 15% en tres años.”
Cambiemos. Esta semana he dejado de leer “Maldito karma”, de David Safier. Llegué hasta la página 50, pero no pude más. Me la había bajado, es decir, no había pagado nada por ella, así que no me sentía obligado a leerla (si compro, me lo leo. Por amortización). Menos mal. Y luego pensé: es una pena porque ahora, si la hubiera comprado, podría devolverla, me devolverían el dinero y me darían una indemnización por la pérdida de tiempo. A fin de cuentas, no me costaría nada demostrar propaganda engañosa, fraudulenta,… Los jueces, empedernidos lectores, consumidores compulsivos (aunque de novelas) entenderían perfectamente mi postura. Concluí: si nadie me lo vende, si nadie se lucra con ello, ¡viva la descarga libre!
¿Sabéis lo que cuesta una novela electrónica?. Es muy fácil: al precio en papel (en libro de bolsillo) descontadle los gastos del papel (valga la redundancia), la tinta, los gastos de impresión, almacenamiento, distribución, la ganancia de la librería (porque vendrá directamente del productor al consumidor)… Cuando lo hayáis hecho, decidle a Lucía (Etxebarría, claro) que si pone su novela en internet a un euro, a lo mejor gana mucho más que yo en un año.
Buena semana para todos.