miércoles, 30 de diciembre de 2015

Aupa Athletic

19/11/2015
San Mamés no recibirá dinero público para la cubierta
Gobierno vasco y la Diputación son reacias a participar en la financiación de la cubierta
[…]
“Por su parte, el viceconsejero de Deportes, entrevistado en Radio San Sebastian, ha garantizado que a su mesa no ha llegado ninguna comunicación en este tipo. "El tiempo de la aportación pública del Gobierno vasco ya pasó, en este momento tocan otro tipo de inversiones y en otras ciudades", ha zanjado Joxean Muñoz.”

30/12/2015
El Gobierno vasco destina por sorpresa 2,2 millones a San Mamés Barria
Asegura que se trata de una ampliación de capital «ya prevista» aprobada este mes por los dueños del estadio, y niega que tenga nada que ver con la financiación de la cubierta para contener la lluvia.
[…]“La nueva aportación se anunció ayer por sorpresa en la última reunión del año del Consejo de Gobierno. Medios oficiales consultados por este periódico negaron «tajantemente» que se trate de una fórmula para financiar la ampliación de la cubierta que el club tiene previsto construir para reducir el impacto de la lluvia en miles de aficionados que se mojan en sus localidades.”


SIN PALABRAS.
Que no significa que soy tonto. Ni tampoco mudo.

Los besos en el pan



Termino el año con el final de la lectura de “Los besos en el pan” de Almudena Grandes.

El recorrido por los diferentes personajes que habitan un barrio de Madrid permite a A. Grandes “dibujar” un fresco (nada refrescante) sobre la crisis profunda en la que entramos hace unos años y de la que dicen que vamos saliendo.

No se trata de una novela profunda, ni se hacen en ella grandes reflexiones sobre los “poderes fácticos”, las causas, el alcance… de dicha crisis. Se trata más bien de pergeñar varias historias que se entrecruzan, con el denominador común de que todos los personajes padecen las dificultades o, cuando menos, los inconvenientes que les van asaltando.

No falta el trazo de algunas luchas y respuestas desde posiciones comprometidas con los que sufren la crisis y no tiene armas para defenderse.

Es una novela que se lee con mucha facilidad y su única dificultad es la cantidad de personajes, que hace, a veces (a mí muchas veces), que no sepas muy bien dónde estás. Pero es muy sencillo volver al hilo argumental.



Es una buena lectura para momentos en que uno no quiere demasiadas complicaciones, pero tampoco quiere escaparse de lo que está pasando (aún, por lo que dicen otros).

martes, 22 de diciembre de 2015

La encuesta y los resultados

No veía ayer, y sigo sin ver hoy, que tenga sentido que una encuesta quiera adelantarnos los posibles resultados de las elecciones dos horas antes de que los conozcamos oficialmente. Conozcamos los que realmente se han dado.
Durante un buen rato ayer las televisiones, en un intento de adelantarse a la realidad, sin que, siquiera, la hora del fin de las votaciones hubiera llegado (en Canarias) jugaron con los datos que les ofrecía una encuesta realizada para ellas por Metroscopia. Y todos bailamos al son de aquellos números.
La encuesta  no acertó ni una. Peor, difícil.
Eso sí. Hoy he sabido que la encuesta costó 470.000 euros. Esos sí que son números. Eso sí que fue un acierto de Metroscopia.

Quizás, si investigo qué es Metroscopia, pueda acabar concluyendo que la encuesta sí tenía sentido: hacerla… y cobrarla.

lunes, 21 de diciembre de 2015

El paso del tiempo y Roseanna

Varios sucesos de estos últimos días me han hecho pensar en cuánto de distorsionada está la impresión que tenemos sobre el tiempo pasado en ese corto recorrido que es la historia de cada uno. Aunque sea de casi 70 años.
La velocidad que ha llegado a alcanzar el paso del tiempo produce unos errores de apreciación que, a veces, no me extraña que nos haga sentirnos medio mareados.
Difícil imaginar que alguno de nosotros vivió sin aparato de televisión en el  centro de la sala de estar (que se llamaba entonces, ahora salón). Sin embargo yo recuerdo muy bien que antes del año 1960, cuando yo ya tenía doce años, nunca había visto una tele en una casa, y que los dos años siguientes sólo la ví en casa de los vecinos (que eran “ricos”).
Mi primer ordenador, y fui un “avanzado”, no fue anterior a 1982, cuando yo ya tenía ¡34! años. O sea, que he vivido más de la mitad de mi vida sin ordenador. La web es de 1990, y aquí llegaría a ser popular un poco más tarde, cuando yo ya tendría ¿50? años. Pongamos que sólo 45.
 El primer móvil con el sistema operativo Android se vendió en octubre de 2008. Y como en este terreno yo no fui pionero, porque me pillaba “mayor”, debo suponer que comencé a usar un móvil Smartphone antes del 2010, o sea hace 5 años. (Y un móvil de los primeros, yo no empezaría hace más de 10 años).
Pero, las impresiones que tenemos (que tengo yo en muchos momentos) es que todo esto ha estado ahí a lo largo de toda mi vida.
Para que veamos que también la sensación contraria, las cosas cambian cada poco tiempo, un ejemplillo de mucha actualidad: cada año que pasa empezamos antes con las luces, los adornos o los preparativos en la ciudad de la Navidad. Lo decimos hoy, lo dijimos el año pasado, y el anterior…
Pues bien,  he encontrado esta cita en una novela que acabo de leer: “caen gotas de las estrellas de Navidad grandes y amarillas suspendidas entre las fachadas de los edificios… Llevan colgadas un par de semanas, a pesar de que falta casi un mes para la Navidad.”
Un cálculo rapidísimo nos hará comprender que los adornos de Navidad de la ciudad (Estocolmo, en este caso) se colocaron un mes y medio antes de que llegaran las fiestas. Bastante antes de que lo que sucede ahora. Y resulta que la novela “Roseanna” está escrita en 1965, un poco después de que la tele llegara a mi casa.


Cuando en el año 90 del pasado siglo algún “despistado” me pedía consejo para empezar a leer novela negra, siempre le remitía –obligatoriamente- a “los suecos”.
“Los suecos" (cuyo nombre no conseguí ni pronunciar ni, mucho menos, aprender) eran Maj Sjöwall y Per Wahlöö y lo que yo recomendaba era “Asesinato en el Savoy” y “Los terroristas”, las dos únicas novelas suyas traducidas hasta entonces (los autores eran peligrosos porque pertenecían al partido comunista).
En el último mes se ha producido la coincidencia de recibir noticias de que habían reeditado en castellano la primera de sus diez novelas con el inspector Martin Beck, “Roseanna”, una especie de ganas de volver a leerlos, que me ronroneaba los últimos tiempos, y el que esta novela en concreto fuera una de las “homenajeadas” en “Irène” por Pierre Lemaitre.

No creo que ésta sea la mejor novela de la serie. Tampoco que sea el prototipo de lo que yo entiendo por novela “negra”. Pero es una novela muy digna en la que, por lo que dicen, significa el comienzo del giro de la novela policiaca hacia la novela negra.

martes, 15 de diciembre de 2015

Cara a cara ( y 2)

Ya lo dije ayer.

- Señor Rajoy, es usted un mentiroso, señor Rajoy. Está usted mintiendo a los españoles, señor Rajoy.

- Eso es falso, señor Sánchez. En minuto y medio ha dicho usted cuatro falsedades. Quiere usted engañarnos.

Paradojas del diálogo: cuando se acusaban mutuamente de ser unos mentirosos, estaban siendo sinceros y, además, decían la verdad.

Los dos candidatos dedicaron, en lo que yo ví-estuve atento, un montón de argumentos para que no votemos al contrario. Los dos tenían razón. Y yo les haré caso.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Cara a cara

Hoy, por fin, llega el gran debate. Ese cara a cara que todos esperábamos ansiosamente. No voy a decir que no lo veré. Por si acaso. Que lo dan en muchas cadenas a la vez, que el mando de la tele no es sólo mío, que a lo mejor no hay nada más interesante a esas horas, que la curiosidad, que uno de esos hábitos de estar informado, que…
No voy a decir que no lo veré Pero, estoy seguro de que si me planto delante de la tele esta noche, lo haré provisto de algún sudoku o de alguna revistilla a medio leer, y con el espíritu de quien va a asistir a una mala noche de teatro.
Mala noche porque, por mucho que se esmeren técnicos, consejeros y protagonistas, los actores son muy, muy malos (como actores), el decorado no valdrá un pimiento, los diálogos serán manidos, superconocidos, sin mayor novedad y la acción no existirá. Ni diálogos, ni vestuarios, ni historia, ni actores (por no haber, no habrá ni siquiera chica), ….
Noche de teatro. Eso sí. Cuando alguien (al menos yo) asiste a una función de teatro es plenamente consciente de que lo que sucede en el escenario no tiene por qué coincidir para nada con la realidad. El actor (por serlo) es un mentiroso que hoy se disfraza de caperucita y mañana de lobo. Y son los papeles los que mandan, no el actor.
Ninguno de los dos protas me ofrece la menor garantía de sinceridad, ninguno de los dos me hace suponer que lo que digan esta noche “va a misa”. Ninguno de ellos puede pedirme que le crea, que confíe en que lo que hoy diga lo mantendrá dentro de una semana o de un mes. Los dos han hecho lo suficiente como para que yo sospeche lo contrario.

Así que os recomiendo que, en la medida de lo posible, os lo toméis a modo de esperpento, y no del bueno.


martes, 8 de diciembre de 2015

Irène

“Una de asesinatos”. Hace ya más de 6 horas que he terminado de leer Irène, de Pierre Lemaitre, y aún me recorren algunos escalofríos por todo el cuerpo.
He tardado en hacerlo menos de de una semana y eso que durante un par de días no he podido coger la novela. Pero, he tardado mucho. Es novela de leer de un tirón, sin levantarse de la silla, casi sin respirar. Pero, eso sí, hace falta un buen estómago. El plato no es fácil de digerir.
No voy a descubrir aquí y ahora a Pierre Lemaitre. En este mismo blog escribí sobre “Alex” (el 14 de febrero de este año) de “Vestido de novia” (el 13 de abril) y de “Nos vemos allá arriba” (el 16 de agosto).

A esto ahora lo llaman “thriller” (si alguna letra está de más o si falta alguna otra, pensad que yo soy de francés), “en mis tiempos” lo llamábamos “una de asesinatos”, luego yo quise llamarlo “género sucio”. ¡Qué más da!. Ponedle el adjetivo que queráis, pero leedla. En cuanto podáis.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Corrupción

Dice Villalobos, Celia, que “en todos los ámbitos de la sociedad hay personas que son corruptas”. Y ya está. Claro. ¿Cómo no iba a haberlas en el ámbito de la política? Todavía más, ¿cómo no iba a haberlas en el ámbito de su partido?
Es significativo cómo determinadas personas lo tienen asumido. Aunque sepan y lo digan, que juegan con dinero público, o sea, con tu dinero y el mío, cuyos montones decrecen a medida que crecen los suyos. Digo que es significativo porque, parece, le salió espontáneamente, a las primeras de cambio, cuando se encontró con otro político, uno de esos que (de momento) clama contra la corrupción.
Siempre suelo decir lo mismo, así que quizás me lo hayáis oído: ¡cuánto me hubiera gustado que me hubieran corrompido, haber tocado un poco de ese dinero en negro que dicen que abunda, o, al menos, que alguien lo hubiera intentado! Pero nunca, nadie, lo intentó.
El por qué es muy sencillo. Para que te corrompan hace falta estar en de determinados lugares, lugares caracterizados todos ellos por el poder y la posibilidad de decidir sobre cuestiones que mueven dinero.
Recuerdo, con pena y con nostalgia, que ni siquiera, cuando era profesor, me ofrecieron un viaje al Caribe por decidir como texto de clase el texto de una determinada editorial. También ahí hacía falta que la decisión produjera un cierto flujo de dinero.
¡Lástima! ¡Podría estar yo ahora “montado en el dólar” y no mirando cada euro que entra para ver cómo se puede retenerlo un rato en la cuenta propia sin que se vaya a todo meter a otras cuentas.

A ver si en la próxima legislatura afloran más corrupciones (de las que han existido o siguen existiendo, no nuevas). A ver si en la próxima legislatura le “meten mano” a la cartera de unos cuantos, antes de meterlos a ellos en la cárcel. A ver si… No seamos excesivamente pesimistas.