“- Yo no
he leído ningún libro tuyo[…] Gustas mucho a las mujeres, ¿verdad?
- A las
mujeres y a los buzos – dice Millás
- ¿A los
buzos?
- Sí, hay
escuelas de buceo en las que son de lectura obligatoria.”
“- Le
entiendo. Creo que le gustaría escribir una novela que el lector reconociera
como novela, pero que al mismo tiempo le produjera extrañeza.”
“Siempre
quiere estar en el lugar del otro. A veces, se desdobla para ponerse en el
lugar de sí mismo”.
“La mujer loca”, de J.J. Millás, es una novela ¿loca? Extraña,
sin duda. Extraña en su estructura, en sus personajes (uno de ellos es el
propio autor), en lo narrado…
Está escrita con mucho humor. Se lee
de corrida y te mantiene la atención hasta terminarla. En ella tienen cabida
los problemas de la palabra hablada y la escrita, del silencio, de la
gramática, las reglas, la personalidad de quienes hablan y quienes callan, el
psicoanálisis, las relaciones familiares y, de forma destacada, el DMD (Derecho
a una Muerte Digna).
Y remendando todos estos asuntos el
tema del lenguaje y de su función y los entresijos de su relación con la
realidad (la real y la falsa). O sea, eso. Es una novela extraña. No sé si de
las aconsejables para el verano que se nos echa encima, o no. Pero, merece la
pena recomendarla.
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